-"(...) es que tengo una sensibilidad más desarrollada de lo que quisiera", le dije de forma confidente.
-"Pero, ¿Tipo susceptible, que todo te afecta?", preguntó, para mi sorpresa, sin horrorizarse.
-"No, no. Me refiero a que encaro las relaciones con la gente exponiéndome mucho, dando todo, sin reparos, sin importarme nada."
-"¡Así debe ser! Eso es buenísimo!", como acto reflejo dijo indignada, queriéndome convencer de seguir en esa senda.
-"En la teoría es buenísimo. Así fuimos educados, seguir lo que dicta la teoría está bien porque es lo políticamente correcto. Pero los tiempos en los que la teoría comenzaba a escribirse y las convenciones comenzaban a solidificarse no tienen nada que ver con lo que pasa hoy. Hoy todo es práctica, dinámica. La verdad la estás escribiendo a las 10.40am del 26 de Noviembre y a las 10.41am otro publicó una nueva verdad.", sostuve mientras me miraba con ojos de querer seguir mi punto de vista.
"Por eso, para los que nos sobra teoría y convención y nos falta práctica y chichón, darse cuenta de que las cosas no son tan así... ahí es cuando todo se complica. Repasá los grandes libros e historias, los clásicos, las canciones que más te gustan o las anécdotas, mitos o apostillas: todas tienen en su semilla alguna disonancia entre lo que dicen los libros y la realidad. Algo que, porque no fue como estaba escrito, suscitó la necesidad de ese alguien de contar SU verdad en ese momento. Y gracias a eso despertó la atención de millones como vos y como yo que podemos decir 'Ahhh, qué bueno que no estoy solo'".
Ya a esa altura, podía ver en sus ojos que mis palabras se hacían más claras.
"El desafío está puesto, entonces, no en cambiar la esencia ni convertise en un frío calculador, sino en ser un poco más escéptico con lo que viene dado y apurarse a golpearse la cabeza lo antes posible, para así poder desterrar todas las nociones aprehendidas. Sólo así evitaremos dejarnos llevar por la inercia de creer que las convenciones son el modus operandi por excelencia"
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