22 de noviembre de 2005
Brillantina
Brillantina
Tenés los ojos de brillantina
en la almohada dejás brillitos para jugar que son espejos
y mirar el techo dormida desde la cama
que estás echada así vertical en el horizontal del parante
dejás mirarte,
la sensación de unicidad podés dejar de darme
para no sentirme solo sólo con vos
menos con tu bocaza de dientes infinitos sugerentes
del pasillo del padalar más exquisito
antesala de la garganta que grita gol con la justicia
de la jugada que tan preciosa se fijó en vos
para darte alado el cuerpo y ángeles flotadores alrededor
y danzas de polén de las flores para que te pique el picaflor
que en este caso vengo a ser yo.
Gracias I. por mostrarme a Ramón Paz.
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