Soy de los que dicen las cosas sin pensar en el tiempo. No existe apuro, no existe retraso. Si lo siento es ahora. No existe un te quiero anácronico ni un te extraño premeditado ni un qué linda sos estancado en el pasado o rescatado del futuro.
Soy de los que no le molesta hablar de su novia en todos lados. No porque sea un pollerudo, si no porque estar de novio con vos es un motivo de felicidad y, desde hace tiempo, aprendí y me gusta mostrar cuando estoy contento. Me encanta estar en una reunión con amigos y citarte, traerte con la mente, con algún recuerdo. En un tweet. En el podólogo y en el taxi. Me sigue resultando mágico estar bien al lado de alguien y confío en que esa chispa no se va a perder nunca.
Soy de los que no se ponen colorado por abrazarte en una reunión familiar o con amigos, ni se plantea escatimar los mimos cuando hay mucha gente alrededor. Qué lindo es quererte todo el día, sin importar los demás, sin temer al qué dirán.
Soy de los que quieren lo mejor para la persona que está al lado. Sin renunciar a lo propio, a lo de cada uno, yo quiero que vos seas feliz y voy a hacer todo lo que esté a mi alcance para ayudarte a verte bien. Lo que esté a mi alcance ahora y lo que me vaya proponiendo cada día, porque con vos traspaso límites, descubro que hoy tengo muchas más ganas y más herramientas para crecer al lado tuyo que hace un mes, que hace una semana, que ayer. Y apuesto una Copa Libertadores que no tengo a que va a ser así mañana, dentro de una semana, un mes, un año...
Soy de los que cree que algunas cosas hay que esperar y tener paciencia porque es mejor hacerlas de a dos. (Mirá esa catedral, mirá esa montaña, mirá esa ola que viene). Encontrar a alguien como vos es sumarle tramos a una escalera que venía subiendo pero se veía venir que iba a quedar corta. (También mirá ese mueble, mirá ese Fox, mirá qué lindo balcón).
Soy de los que no le tienen miedo al miedo, a mostrarlos, a contarlos. En estos casicuatro meses descubrí que puedo abrirme a la mitad para que veas mis temores y vas a venir a hablarme para ayudar a sacarlos, hacerlos chiquitos.
Soy de los que levantan los platos y los lavan, pasan el trapo en la mesa y tiran las miguitas y ven una película de llorar y llora. No por eso soy menos hombre. Ser hombre es estar comprometido con el amor, cuidarlo con responsabilidad, hacerlo con más amor, alimentarlo con confianza y acompañarlo con lealtad. Al lado tuyo soy capaz de eso y me hacés sentir más hombre que nunca.